El queso fresco y el requesón: tus aliados perfectos para una dieta sana
¿Sabías que puedes llevar una dieta de lo más sana sin renunciar al queso? En este post, te explicamos qué dos productos serán tus aliados perfectos y por qué.
El queso fresco se obtiene al cuajar la leche y prensarla posteriormente retirando el suero. Este queso no se somete a maduración y suele ser un queso húmedo que conserva entre un 60% y un 80% de agua. Es por ello por lo que aporta menos grasas que cualquier otro tipo de queso y es rico en proteínas de alta calidad biológica. Si bien es cierto que aportan menos nivel de calcio que otros tipos de queso, al tener menos grasa, el calcio es mejor absorbido por nuestro cuerpo.
Por su textura y consistencia es perfecto para ensaladas o en tostadas para desayunos y meriendas.
¿Y qué hacemos con el suero que retiramos al hacer el queso fresco? Pues preparamos un rico requesón. El suero de la leche se calienta hasta alcanzar los 90ºC y se le añaden bacterias lácticas que dan como resultado este producto tan interesante. Es de los quesos con menos calorías y aporta, aproximadamente, 4 veces más proteínas que la leche y es también rico en calcio y vitamina B12.
Te damos un consejo: prueba el requesón con miel para tener un snack o un postre rico y saludable.
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