Mitos y realidades: lácteos y colesterol
Hoy desde Granja Rinya vamos a desmontar un nuevo mito sobre el queso, uno de los alimentos más apreciados en la gastronomía a nivel mundial y por suerte para nuestra marca, nuestra especialidad 😊 Un tema controvertido sobre la relación del queso y el colesterol.
Vamos a desmitificar algunas creencias comunes y a darte una visión equilibrada sobre el consumo de queso. ¡Allá vamos!
“Todo el queso aumenta el colesterol malo.” (LDL)
¿Todo, todo? La realidad es que no. No todos los quesos afectan al colesterol de la misma manera. Todo se centra en el tipo de grasa saturada que presente el queso en su elaboración. Los quesos que contienen grasas saturadas en exceso o bien consumidas en exceso, pueden aumentar el colesterol LDL (conocido como colesterol «malo»). Lo primero será analizar el queso que queremos degustar, leer su etiqueta nutricional y controlar su consumo y cómo lo complementamos con el resto de la dieta.
Además hay que tener en cuenta que el queso contiene nutrientes muy beneficiosos para nuestra salud cardiovascular como son el calcio, las proteínas y las vitaminas A y D.
“Si tengo colesterol alto, debo eliminar el queso de mi dieta.”
Como diría Pau Donés, el cantante de Jarabe de Palo, depende. Depende de tu caso concreto, del tipo de queso y de tus niveles de colesterol, claro. No es necesario eliminar por completo el queso si tienes el colesterol alto. Lo importante es moderar su consumo y optar por variedades con menos grasa.
Existen quesos bajos en grasa, como el queso fresco, que pueden ser opciones más apropiadas. Además, algunos estudios sugieren que el consumo moderado de productos lácteos fermentados, como el queso, no está necesariamente asociado con un aumento significativo del colesterol.
“El queso es una de las principales fuentes de colesterol en la dieta.”
Esta afirmación es muy relativa. Dependerá de cómo sea el resto de la dieta. El queso, si bien contiene colesterol, no es la mayor fuente de colesterol en la dieta de la mayoría de las personas. Si queremos cuidar los niveles de colesterol deberemos de poner especial atención a los alimentos ricos en grasas saturadas, carnes procesadas, alimentos ultraprocesados, la comida rápida o las frituras. Además, algunas investigaciones recientes sugieren que los niveles de colesterol en sangre no solo dependen de la dieta, si no también de la actividad física y el estilo de vida.
“Todo el queso es malo para el corazón.”
¡Oh no! Con esta afirmación sí que se nos ha partido el corazón a nosotros 💔 Hay evidencia que indica que algunos quesos, especialmente aquellos fermentados, como el queso azul, el gouda o el camembert, pueden tener efectos protectores sobre el corazón. Estos quesos contienen compuestos bioactivos y probióticos que podrían ayudar a mejorar la salud cardiovascular. Además, el calcio presente en el queso también puede ayudar a regular la presión arterial.
Te damos 4 consejos para disfrutar del queso
sin obsesionarse por el colesterol:
- Si te preocupan tus niveles de colesterol, elige quesos bajos en grasa: quesos frescos o versiones reducidas en grasa de tus favoritos.
- Controla las porciones: Disfruta del queso en pequeñas cantidades para evitar un exceso de grasas saturadas.
- Acompáñalo de alimentos saludables para equilibrar tu dieta: queso con fruta, ensalada, verdura, pan integral, frutos secos.
- Varía los tipos de queso: Incluir una variedad de quesos en tu dieta te permitirá disfrutar de diferentes nutrientes y sabores.
¡Esperamos que estos consejos hayan ayudado a desmitificar ideas que tenías sobre el queso y te ayuden a disfrutarlo desde otra perspectiva! ¡Buen provecho!